Humo de segunda, tercera y cuarta mano; ¿de qué estamos hablando?

Humo de segunda, tercera y cuarta mano; ¿de qué estamos hablando?

Humo de segunda mano:

Se considera humo de segunda mano el que se inhala de forma involuntaria al estar expuesto a un ambiente donde otros han fumado, utilizándose indistintamente el término de tabaquismo pasivo.

La evidencia científica sobre los riesgos del tabaquismo pasivo es relativamente reciente, en 1981 tres amplios estudios epidemiológicos describieron por primera vez un mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón en mujeres casadas con fumadores que en mujeres no expuestas a humo de tabaco[1],[2],[3].  

[1] Garfinkel L. Time trends in lung cancer among nonsmokers and a note on passive smoking. Journal of the National Cancer Institute. 1981;66(6):1061–6

[2] Hirayama T. Non-smoking wives of heavy smokers have a higher risk of lung cancer: a study from Japan. British Medical Journal. 1981;282(6259):183–5.

[3] Trichopoulos D, Kalandidi A, Sparros L, MacMahon B. Lung cancer and passive smoking. International Journal of Cancer. 1981;27(1):1–4.

Pocos años después se identificaron más de 50 sustancias cancerígenas y muchas otras sustancias tóxicas en el humo del tabaco. Aunque la industria del tabaco haya intentado poner en cuestión los riesgos del tabaquismo pasivo, numerosos estudios han revalidado que la exposición involuntaria al humo de tabaco supone un riesgo para los fumadores pasivos. Las personas que conviven con un fumador y están expuestas al humo de tabaco tienen un riesgo 20-30% mayor de desarrollar cáncer de pulmón. La relación entre tabaquismo pasivo y enfermedades cardiovasculares se consolidó unos años más tarde, en estudios publicados a finales de los 90[1],[2], en los que se evidenció que la exposición a humo de tabaco aumentaba el riesgo de infarto e ictus en 20-30%. También a principios del siglo XXI se estableció la relación del tabaquismo pasivo con patologías en edad pediátrica como las otitis medias, las infecciones respiratorias y la muerte súbita del lactante. Los hijos de madres fumadoras ven incrementado el riesgo de bajo peso al nacer y de malformaciones oro-faciales.

Actualmente se estima que el tabaquismo pasivo causa unas 700.000 muertes prematuras por año, y que un 30% se producen en niños. Otro dato alarmante es que se estima que casi la mitad de los niños españoles están expuestos a humo de tabaco en su hogar.

La creación de espacios libres de humo ha sido entendida en muchos países como una prioridad en términos de salud pública. En las directrices para la aplicación del artículo 8 del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco se afirma que «no existe un nivel inocuo de exposición al humo de tabaco». Crear ambientes totalmente libres de humo de tabaco es la única manera de proteger a las personas de los efectos nocivos del tabaquismo pasivo. Las zonas de fumadores separadas o ventiladas no protegen a los no fumadores contra la inhalación de humo de segunda mano. El humo ambiental puede propagarse de una zona de fumadores a una de no fumadores, incluso si las puertas entre ambas están cerradas y existen dispositivos de ventilación. Sólo un ambiente totalmente libre de humo constituye una protección efectiva, y por ello la Ley de Tabaco de 2010 extendió la prohibición de fumar a todos los locales de ocio, sin las excepciones contempladas en la de 2005.

Humo de tercera mano:

El humo de tercera mano es el residuo que se deposita en la ropa, objetos, muebles, alfombras, coches, pudiendo permanecer durante mucho tiempo después de que se haya consumido el cigarrillo. Las personas se exponen a estas sustancias químicas al tocar las superficies contaminadas o respirar los gases que liberan.  Al quedarse impregnado en la piel, la ropa y las uñas, los padres fumadores exponen a sus hijos a este humo de tercera mano, aunque salgan al balcón a fumar. Los bebés pueden tener mayor grado de exposición al llevarse a la boca objetos, o al gatear sobre superficies contaminadas.

Se ha descrito que ese humo residual se mezcla con contaminantes del ambiente, como el ácido nitroso, creando nuevos compuestos tóxicos, que tardan mucho tiempo en desaparecer y que ocasionalmente pueden ser cancerígenos. En modelos animales se ha demostrado que los compuestos tóxicos del humo de tercera mano pueden ocasionar daños en el ADN, efecto también conocido como genotoxicidad[3]. Existen varios estudios en marcha para estimar el impacto de esta exposición en humanos, y especialmente en poblaciones vulnerables como son los niños. Un aspecto preocupante es la baja percepción de riesgo que existe con la exposición a este humo de tercera mano, a pesar de haberse encontrado restos de nicotina y sus metabolitos en las manos y la orina de niños expuestos.

En definitiva, la única manera de proteger a los no fumadores del humo de segunda y tercera mano es crear espacios completamente libres de humo, así como concienciar a la población sobre los riesgos de este tipo de exposición.

Tabaquismo de cuarta mano:

El tabaquismo de cuarta mano hace referencia al impacto medio ambiental y los riesgos para la salud de las colillas de los cigarrillos. Se estima que las colillas tardan unos 10 años en degradarse, constituyendo la principal fuente de basura tanto en medios urbanos como en espacios naturales. Los filtros de las colillas acumulan gran parte de los componentes tóxicos del tabaco, y al entrar en contacto con el agua de los mares y ríos pueden impactar negativamente sobre la cadena alimentaria. Los filtros contienen además acetato de celulosa, componente fotodegradable pero no biodegradable, y potencial contaminante de aguas y suelos.

Este negativo impacto medioambiental se agrava por el desconocimiento por parte de los fumadores y la excesiva permisividad a que las colillas sean tiradas al suelo. En países como Australia existen papeleras específicas para tirar colillas, y algunas ciudades contemplan sanciones por arrojar colillas al suelo. En este sentido cabe reseñar además que el lanzamiento de colillas es la causa directa de un porcentaje elevado de incendios forestales. 

[1] M.Thun,J.Henley,L.Apicella,Epidemiologicstudiesoffatalandnonfatalcardiovas- cular disease and ETS exposure from spousal smoking, Environ. Health Perspect. 107 (Suppl. 6) (1999) 841–846.

[2] M.R. Law, J.K. Morris, N.J. Wald, Environmental tobacco smoke exposure and ischae- mic heart disease: an evaluation of the evidence, BMJ 315 (1997) 973–980.

[3] Hang B, Wang P, Zhao Y, et al. Adverse Health Effects of Thirdhand Smoke: From Cell to Animal Models. Int J Mol Sci. 2017;18(5):932. Published 2017 Apr 28. doi:10.3390/ijms18050932

 

Dra Regina Dalmau
Miembro del Consejo de Expertos de la FEC - Titular del área de Prevención del Tabaquismo
Cardiólogo en el Hospital Universitario La Paz (Madrid)